[...] En su apartamento, don Emilio habla y camina con el teléfono en la mano.
Siempre ha habido una relación estrecha entre pensar y caminar. A los
seguidores de Aristóteles, explica Lledó, les llamaban peripatéticos, en griego
“los que pasean”. Para Kant su metódica caminata diaria fue indispensable para
su quehacer intelectual. El filósofo español siempre ha sido un andariego y sus
alumnos recuerdan que era un maestro que en clase prefería dialogar de pie.
[...] Ojalá que pase algo positivo. La esperanza, hijo, es que nos reinventemos
para mejor, que maduremos como sociedad. Aunque no quisiera decir que seamos
mejores, no me gusta ser moralista. Prefiero decir, simplemente, que seamos
algo más, que después de esta crisis del virus intentemos reflexionar con una
nueva luz, como si estuviéramos saliendo de la caverna de la que hablaba el
mito de Platón, en la que los hombres permanecen prisioneros de la oscuridad y
las sombras. Quisiera que sea así, como te digo, pero me preocupa que esto sirva en cambio para ocultar otras pandemias
gravísimas, plagas como el deterioro de la educación, de la cultura y del
conocimiento.
[...] Más que nunca, es fundamental. El esfuerzo que están haciendo
los hospitales es un ejemplo. En la Política de Aristóteles ya se decía que la
ciudad, la polis en la antigua Grecia, tiene que tener un solo fin, el bien común. Sucede con la sanidad y
con la educación, que desde mi punto de vista tiene que ser una y la misma para
todos, y no debe estar marcada por clases económicas. Es clave cultivar la inteligencia crítica, y una situación como
esta lo revela. Entre tanto exceso de información, de palabras refritas, y
peor, entre tanta desinformación, el ciudadano debe ser capaz de plantearse las
preguntas propias de una mente libre: quién
nos dice la verdad, quién nos engaña, quién quiere manipularnos.
[...] debemos
estar alerta para que nadie se aproveche de lo vírico para seguir
manteniéndonos en la oscuridad y extender más la indecencia. Sobrecoge ver
el poder que tienen sobre nosotros ciertas personas disparatadas, pues un
imbécil con poder es algo terrible. Deseo de verdad que esto nos sirva para
algo como sociedad. Que propicie un nuevo encuentro con los otros en la polis,
en la vida en común.
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