Página de aula de lengua y literatura de Educación Secundaria

Los que no somos gigantes -la gran mayoría de los seres humanos- tenemos que ir supliendo nuestras carencias a base de esfuerzo y de ir ingeniándonoslas en muchos aspectos. De qué manera y en qué dirección, cada uno va supliendo sus propias carencias, eso dependerá ya del gusto y las particularidades de cada cual. Si investigaba en los ámbitos que me interesaban a mi ritmo y a mi gusto, asimilaba técnicas y conocimientos de un modo extremadamente eficaz (1)

Espero que esta carpetadelc te ayude a crear tu propio recorrido.

(1) Adaptado de De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki MURAKAMI

13.4.20

El poder de la palabra y el sentido de la enseñanza


En palabras del profesor Nuccio Ordine (Calabria, 1958), profesor, filósofo y uno de los mayores conocedores del Renacimiento y del pensamiento de Giordano Bruno. Autor, entre otros libros, de La utilidad de lo inútil y Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal:

Sobre la enseñanza:

[...] No dudo de que la crisis actual, que ha puesto al servicio de los profesores la enseñanza telemática, despierta tentaciones cuyo cumplimiento devaluaría el espíritu de la educación. Además, no tenemos suficientes profesores, no hay suficiente financiación, no se presta atención a la escuela. El neoliberalismo ha mirado para otro lado cuando ha tenido que ocuparse de los dos pilares de la dignidad.

En los recortes salvajes que dañaron a los hospitales, donde no hay sitio ni medios para las urgencias. Invertir en sanidad e instrucción da un impulso económico enorme a los países. Miremos a Estados Unidos: qué hace la gente para sobrevivir donde la sanidad privada es prácticamente el único recurso, donde un test cuesta más de 2.000 dólares, de modo que serán los ricos los únicos que se sientan seguros y millones de pobres contagiados no podrán ser curados porque no tendrán asistencia sanitaria.

[...] Hay un conflicto entre las razones económicas y las razones de la vida. Produce horror el discurso de Boris Johnson, el premier inglés. Dijo al principio que el virus provocaría muchas muertes y al fin la población se quedaría inmunizada… ¡Una selección natural darwiniana! ¡Los débiles se mueren y los fuertes sobreviven! La idea de Johnson era la de la inmunidad del rebaño, rebatida desde la ciencia. Una selección de la raza. Como el nazismo.

[...] Si queremos dar un giro y atesorar lo aprendido no debemos olvidar los males que de antiguo afligen a la humanidad. La lucha es entre la memoria y el olvido. Y para ello nos sirve la literatura, que tiene una función profética y nos enseña sobre el pasado. Se lee a Boccaccio, a Saramago, a Camus, sobre las epidemias. Leyéndolos entiendes el miedo, la soledad, la impotencia ante un enemigo invisible, el tema del chivo expiatorio, el sufrimiento, la pérdida de la libertad, la ciudad fantasma

[...] Cuando las escuelas y las universidades están cerradas, cuando la relación con los estudiantes se desmorona, no tenemos más elección que utilizar los medios, las clases a distancia, para mantenerla viva la relación con nuestros estudiantes. Pero atisbo un peligro: debemos estar presentes y luchar, hacer que se oiga nuestra voz. Algunos rectores de universidades están diciendo que esta no es la crisis, sino el futuro de la educación. La auténtica lección es la que se da en las aulas, la experiencia humana que tenemos los profesores y los estudiantes juntos. Un ordenador nunca cambiará la vida de un estudiante, pero la palabra de un profesor puede cambiar la vida de un muchacho. [...]




Sobre el papel del profesorado:

La tarea principal del profesor debería ser estudiar y enseñar. Pero hoy se dedican a participar en reuniones, rellenar formularios y pasar la jornada discutiendo de cosas estúpidas, carecen de tiempo para estudiar y enseñar. Si los profesores no enseñan con pasión y se convierten en burócratas estamos destruyendo el futuro de la humanidad. Los jóvenes tienen una pequeña llama en su corazón y si no la alimentamos mediante la cultura se inflamará por cosas negativas como el racismo o el antisemitismo, que van en aumento. Un profesor que no prepara sus clases comete un crimen, mata esa pequeña llama que está en el corazón de cada joven. Como dice George Steiner, una enseñanza de mala calidad es, casi literalmente, un asesinato. Al contrario de lo que se piensa hoy, la buena escuela no la hacen los ordenadores, las tabletas o las pizarras digitales, sino exclusivamente los buenos profesores. Cuando Camus ganó el Nobel pensó en dos personas, su madre y su profesor, porque este le cambió la vida. Si la escuela no cambia la vida de los estudiantes fracasa en su misión. Cambiar su vida significa que se conviertan en ciudadanos que razonan de forma autónoma, capaces de decir no, herejes en el sentido etimológico, alguien que no acepta el dogma y el pensamiento único. Ahora los dogmas son el consumismo, el conformismo y el utilitarismo.



Sobre el papel de la escuela:

[Hoy] todo está dirigido al mercado. El mercado es la estrella polar que orienta todas las leyes, las reformas. Es una locura terrible.

Porque el origen etimológico de la palabra escuela es σχολή (scholé), hacer una cosa que no es útil. Es el tiempo del hombre libre, que no tiene que ver con el negocio, con los beneficios. No se estudia para la productividad sino para el espíritu. Hoy la escuela es una plataforma de formar a los jóvenes para que sean consumistas, para que quieran siempre más, lo último.

[Esta adicción tiene el efecto de normalizarlos, porque todos quieren tener lo que quieren y tienen los demás.] Exacto. Y el trabajo de la escuela es precisamente el contrario, es formar a los jóvenes para que sean heréticos. Y la raíz de la herejía es el latín hereticus, que significa opción. El herético es la persona que puede elegir, que es capaz de no aceptar el dogma. La que puede pensar algo distinto de lo que piensan los demás. El herético es el que vive siempre fuera del pensamiento único.

[...] Y el problema no es el medio, es la relación con el medio. Si el medio se pone al servicio de los estudiantes, entonces es bueno. Pero cuando son los estudiantes los que se ponen al servicio del medio, entonces no es bueno. Es una droga, una adicción. Cuando les pido a mis estudiantes que apaguen sus móviles, los chicos se quedan blancos. Porque hay una idea de que sin conexión no existes. Y luego está Facebook y la banalización de las relaciones humanas. La amistad como un click. Yo digo que si a los 90 años tienes tres amigos, eres un hombre afortunado.

[...] si los lugares [la universidad y por extensión la escuela] que tienen que luchar contra estas cosas son los que favorecen estas cosas, no hay salvación posible. Las universidades deben ser lugares de resistencia. Por eso creo que la idea globalizada de la escuela conectada, de las tablets en lugar de libros, es una locura. La buena escuela la hacen solo los buenos profesores. Solo un buen profesor puede cambiar la vida de los estudiantes. [...]



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