[...] No se sabe quién ha impuesto esta dinámica, pero los maestros, adaptándose
como pueden a la situación, andan con la lengua fuera tratando de cumplir el
temario: la jornada entera frente al ordenador, usando medios que hasta ahora
eran complementarios y convirtiéndolos en esenciales. Ellos viven abrumados
rellenando formularios, generando ejercicios, corrigiendo, atendiendo a cada
alumno, y a su vez, los niños se agobian por no poder acabar la tarea. ¿A quién se le ocurrió que era una buena
idea que el ritmo se mantuviera tal cual cuando el momento es excepcional?
No son pocos los amigos que me confiesan que esto del teletrabajo es una trampa. No hay horarios, se ha de estar permanentemente disponible, y este
ambiente laboral corona histérico se ha llevado al extremo al mundo escolar.
Da la impresión de que para demostrar a la sociedad que estos días no serán en
absoluto vacaciones encubiertas para los profes (como así dejó caer el sensible
presidente de Castilla-La Mancha) han de mantener una actividad estresante.
Si bien es cierto que la nueva generación de docentes estará más adaptada a
la realidad tecnológica, hay profesores
que ganan con la presencia, como hay músicos que mejoran en directo. Esta
educación virtual nos muestra también una realidad que no debemos ignorar: hay
hogares sin banda ancha, familias que no tienen ordenador o solo hay uno para
el trabajo del padre o de la madre. Hay progenitores que no disponen de tiempo
o capacitación para ayudar a los hijos en la tarea. Tenemos la certeza de que los que más sufrirán este parón serán los
niños de nivel económico más bajo. Y yo me pregunto si esta desigualdad no se
podría tener en cuenta al calibrar cuánto se puede exigir en una situación
insólita. Es lamentable que haya familias que se las apañen con una tablet
cedida por Save the Children. No logro entender por qué no simplificar estos
días, por qué no dedicar el encierro a crear, jugar, escuchar
música, escribir, leer, dibujar, reflexionar. Recordemos nuestra
infancia, nuestro sagrado tiempo para fantasear y jugar en solitario. [...]
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