Página de aula de lengua y literatura de Educación Secundaria

Los que no somos gigantes -la gran mayoría de los seres humanos- tenemos que ir supliendo nuestras carencias a base de esfuerzo y de ir ingeniándonoslas en muchos aspectos. De qué manera y en qué dirección, cada uno va supliendo sus propias carencias, eso dependerá ya del gusto y las particularidades de cada cual. Si investigaba en los ámbitos que me interesaban a mi ritmo y a mi gusto, asimilaba técnicas y conocimientos de un modo extremadamente eficaz (1)

Espero que esta carpetadelc te ayude a crear tu propio recorrido.

(1) Adaptado de De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki MURAKAMI

14.5.20

Lean, ahora, más que nunca

Lean, ahora, más que nunca. No lean La peste de Camus para que les cuente lo que está pasando, sino porque es Camus, y es una obra que debería ser leída. No lean libros para escapar de la realidad, porque en la lectura, no se cumple lo de que quien busca, halla, sino que sucede al revés, es el libro el que decide concedernos o no un respiro. No digan estoy leyendo ahora todo lo que no he podido durante estos meses, porque entonces demostrarán hasta qué punto les importa poco la lectura. Los libroadictos necesitan su dosis cada día, y si no pueden tenerla, andan malhumorados y cariacontecidos, esperando el aire fresco de la puerta abierta de unas líneas.

Puede ser que ahora tengamos más tiempo, pero a lo mejor menos sosiego, o no valoramos ese rato dedicado a las páginas como deberíamos. No digan, estoy aprovechando para releer el Quijote, como si fuera necesaria una cuarentena para volver al único libro que parecen conocer muchos de nuestros políticos. Lean lo que quieran. Echen de menos las bibliotecas, ahora sí, ese lujo que no hemos sabido valorar nunca. Piensen en todos esos libros allí guardados, en los estantes llenos de huecos de todos los préstamos que tenemos en nuestras casas, en los pasillos vacíos de estudiantes y silenciosos sin el rumor maravilloso de hojas que se pasan con cuidado.

Piensen también en las librerías, en los tesoros que aún pueden comprar por internet en algunas de ellas, para no hundir más un barco bastante tocado. Lean sin pudor, lo primero que cojan, lo que estuvo de moda y no se atrevieron, lo que nunca va a estarlo, desempolven sus viejos libros de la carrera, Séneca, por ejemplo, es una opción magnífica, aunque tampoco haya que ponerse estupendo.

Disfruten de Guillermo el travieso, intenten (ya se lo digo yo, sin éxito alguno) compartirlo con sus hijos, o hagan al revés, lean lo que están leyendo ellos. Huyan de sí mismos durante unas líneas. Si el libro es bueno, el viaje será más largo, pero a veces, hasta una vuelta al pasillo sirve para olvidar la opresión del agobio. Lean. Me da igual qué libro elijan. En todos surge ahora mismo una invitación a disfrutar de un mundo paralelo a años luz de la ficción que era nuestra realidad no hace tanto tiempo.

(Pilar Galán Rodríguez, El Periódico de Extremadura, 07/05/2020)

No hay comentarios:

Publicar un comentario