Página de aula de lengua y literatura de Educación Secundaria

Los que no somos gigantes -la gran mayoría de los seres humanos- tenemos que ir supliendo nuestras carencias a base de esfuerzo y de ir ingeniándonoslas en muchos aspectos. De qué manera y en qué dirección, cada uno va supliendo sus propias carencias, eso dependerá ya del gusto y las particularidades de cada cual. Si investigaba en los ámbitos que me interesaban a mi ritmo y a mi gusto, asimilaba técnicas y conocimientos de un modo extremadamente eficaz (1)

Espero que esta carpetadelc te ayude a crear tu propio recorrido.

(1) Adaptado de De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki MURAKAMI

30.3.20

Reflexión sobre el papel de las "marías" en la escuela

Por favor, no hagan otro taller de conejos

De todas las cosas increíbles que están pasando hay una que me ha llamado poderosamente la atención: la obsesión por acumular papel higiénico. Todos esos rollos de cartón marrón empiezan a inundar nuestras casas. No sabemos qué hacer con ellos hasta que se nos ocurre la feliz idea de hacer arte.

Las marías (Música, Educación Plástica y Visual, Educación Física) representan categorías de conocimiento que, como dijo el exministro Wert, distraen de las asignaturas importantes a las que debemos prestar atención y que mí me parecen tan fundamentales como las marías.

En esta otra forma de entender las marías reivindicamos que, para empezar, la Educación Artística no es ningún pasatiempo. Un pasatiempo (“actividad de diversión o entretenimiento en que se ocupa un rato de ocio”) implica una actividad corta, de fácil realización técnica, en la que muchos no se plantean algo esencial: para qué realizamos dicha actividad.

Segundo: la educación artística no es divertida. Cuando cuestionamos la realidad que nos rodea analizando contenidos sonoros, visuales o performativos que nos construyen, descubrimos y aprendemos cosas que no nos gustan, pero que son necesarias para avanzar, como las relacionadas con el cambio climático o la desigualdad de género, raza y clase.

Y tercera cuestión: la educación artística no es bonita. Cuando las narrativas artísticas se abordan desde el pensamiento crítico, nuestra idea de belleza se transforma: pasamos de la formal a la belleza por el significado.

La Educación Artística no consiste en aprender a tocar la flauta dulce (ya sea en casa, la escuela o el museo); no consiste en hacer un conejo con el rollo que sobra del papel higiénico ni en hacer media hora de yoga: la Educación Artística es un proceso complejo que impulsa el pensamiento crítico para que seamos capaces de analizar conscientemente la información que nos rodea y podamos ser ciudadanos libres en nuestros pensamientos y decisiones.

Por favor, no hagáis más talleres de conejos, ni collares de macarrones, ni ceniceros (¡ceniceros para el Día del Padre!); reflexionad sobre por qué pensamos que hacer arte consiste en esto y, sobre todo, para qué realizáis estas actividades. 

En un momento histórico en el que el confinamiento nos obliga a los progenitores a ejercer de profesores y a comprobar en nuestras propias carnes las contradicciones que entrañan las tareas docentes, sería interesante no reproducir en casa las desigualdades jerárquicas de la escuela ni la banalización de conocimientos tan importantes como los relacionados con las artes. 

                                     María Acaso. Jefa de Educación del Museo Reina Sofía (El País, 28/03/2020)

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